Nota Publicada en Diario “La Voz del Interior”
Por Héctor Magnone
Hace ya un tiempo en el que las estaciones de servicio ya no son solo un lugar que expende combustibles. Se ampliaron las superficies, se incorporaron rubros, y principalmente, la arquitectura le dio su aporte en diseño, estética y funcionalidad. Lo podemos ver cada vez que nos detenemos en la ruta, o más cerca, cuando vamos y hablamos con el playero conocido.
Para conocer cómo es el proceso de un proyecto, detalles del diseño y esta nueva concepción, dialogamos con el arquitecto Patricio Pon, titular de “PON-Estudio de Arquitectos” (creador de la Estación Rancagua y la Martinolli, próxima a inaugurarse), quien es un referente en desarrollo de estas construcciones.
Momentos de crisis
“El mercado de las estaciones de servicio ya se encontraba en un cambio constante, en tiempos de crisis todo se agudiza y resulta imperioso ser efectivo en la resolución de problemas, más cuando las exigencias se incrementaron y los tiempos se acortaron. Debemos concebir a la arquitectura como una herramienta integrada al complejo sistema del negocio, las estructuras deben ser flexibles y cada metro cuadrado debe ser rentable”, explica el profesional.
En esta situación, las empresas deberán ampliar su capacidad de adaptación a los cambios, “por eso -agrega Pon-, desde la arquitectura debemos rediseñar la experiencia del cliente en un contexto donde se re-significa el concepto de encuentro social, en el que los espacios de circulación adquieren otra relevancia en términos de salud pública, y los medios de conectividad digital asumen un rol estructural en términos operativos. Se trata de adecuar lo que aprendimos y adaptarnos a lo que viene para cumplir con las demandas de las estaciones del presente y el futuro”
Claves del proyecto
Al consultarle sobre cuáles son las claves empleadas en este nuevo modelo o paradigma, Pon nos dice: “Proyectar es una forma de optimismo. Las claves para diseñar y refuncionalizar las estaciones seran: generar ingresos, bajar costos y adaptar la oferta, en este sentido es importante ganar tiempo y adelantarse al final de la crisis, generar desde ya los analisis particulares y emplear las herramientas que proporciona la arquitectura para potenciar el funcionamiento de un negocio”.
Al mismo tiempo y en relación directa a la situación de crisis sanitaria mundial, el arquitecto pone énfasis en lo que la arquitectura puede aportar como disciplina comprometida con el urbanismo, los nuevos patrones de sustentabilidad y el mejoramiento en la calidad de la vida social e individual.
“Si un contexto de pandemia como el actual pudiese dejar algun aspecto positivo creo que merece la pena estar atentos, el concepto de sostenibilidad en la arquitectura, por ejemplo, estará mas que nunca ligado al cuidado del otro y a los recursos de diseño que, desde el sentido comun, logren ahorros sustanciales de tiempo, costos y energía, y contribuyan por tanto, a una mejora en la calidad de vida de las personas”, concluye Pon.